A partir de este artículo, Universo Epígrafe publicará de forma periódica reseñas cinematográficas de actualidad escritas por el colaborador Sergio Daniel Rocamora. Arrancamos con esta reseña sobre el film Zona de Interés (The Zone of Interest).

Se trata de una película de nazis sin nazis. En el film escasean las típicas charlas turbias entre militares de la SS y menos aún hay escenas de tiros, bombas, aviones o tanques. Zona de Interés muestra cómo vive un comandante junto a su familia -esposa, cuatro hijos y una extensa servidumbre-. La particularidad es que el agente se encarga de regentear Auswicht y que muro de por medio al campo de concentración es donde edificó su hogar. La paleta de colores se encarga de exponernos salvajemente los contrastes: De un lado, el ocre y oscuro sentimiento de muerte, del otro; verde césped, flores relucientes, una huerta, pileta, juegos infantiles y copas con tragos frutales.

Eso es prácticamente todo. No se busca hilvanar una trama potente o intentar producir algún sobresalto o inquietud. Más bien lo contrario: uno experimenta un insensible letargo, se acomoda a esa dinámica familiar donde la culpa o el simple reconocimiento de lo actuado brilla por su ausencia. La cinta consigue transformar a quien se sienta en la butaca de la sala en un engranaje más de la siniestra maquinaria de tortura, el espectador se compenetra en lo que sucede en el seno la vivienda asimilando que ejecutar gente es tan solo un trabajo donde se acatan órdenes de un superior. La contradicción casi que no aflora y es el gran triunfo de una película correcta.